Para muchos padres la fiesta de Halloween les ocasiona mucha preocupación, por el simple hecho de que sus hijos se excederán con los dulces, al punto que muchos de ellos se los esconden. No han terminado de recibir todos los dulces, y en cualquier descuido del niño ya los padres se los están escondiendo, algunos no los dejan participar o le intercambian los dulces por un juguete, cualquier cosa, antes de que ellos se los coman…
¿Sabías que tratar a los dulces, como lo peor puede no ser necesariamente bueno? Mientras más los alejes de los dulces, estarías promoviendo aún más su deseo por comerlos.
La prohibición lleva al deseo… Cuando evitamos los dulces y/o etiquetamos a los alimentos como “buenos o malos”, no estamos más que sembrando que nuestros hijos tengan una mala relación con la comida.
Estamos rodeados de dulces por todos lados y evitárselos no les enseña a aprender a vivir con ellos, todo lo contrario estarías empujándolos a que los consuma más, inculcando un sentimiento negativo cuando se consumen este tipo de alimentos.
Los niños pueden aprender un mensaje de que los dulces son “malos”, lo que crean sentimientos de culpa y vergüenza, sintiéndose ellos que son personas malas por querer comerlos. Escucho constantemente a pacientes y a adultos, vivir el recuerdo de las voces de sus padres diciéndoles “te los puedes comer solo por hoy” o “solo puedes comerte uno y no más”. ¿Me explico lo que quiero decir? Aquí estamos generando una mala relación con la comida, estas personas desde pequeñas hasta la adultez, sienten una gran culpa cuando los comen. Adicionalmente, se genera un estado de desconfianza en la relación padre-hijo, donde incluso se puede quebrar esa relación, si constantemente le estamos vigilando y controlando lo que comen.
Cuando no le brindas la oportunidad de explorar y aprender a manejar el consumo de dulces, de forma natural e intuitiva, estarías colocando en un pedestal a estos alimentos, haciéndolos más atractivos y emocionantes para ellos. Cuando ellos ven a los alimentos como neutros, es decir, que no son buenos, ni malos, le estás quitando ese poder al alimento.
Piensa… cuando le damos un juguete nuevo a un niño, al principio él va a querer jugar todo el tiempo con él, pero ya luego se aburrirá y lo buscará eventualmente, esto mismo ocurre con la comida, si se lo prohíbes, más deseos vas a promover, y si mantenemos esta conducta de forma constante, puede llegar a convertirse en una obsesión. Cuando les escondemos la comida, ellos la van a comer igual, pero con el sentimiento de que están haciendo algo malo y esto los desconecta de sus sensaciones instintivas de hambre y saciedad, aunado a que saben que no lo volverán a comer por un buen tiempo, todo esto los conlleva a comer más cantidades.
Esta privación los conduce a que coman a escondidas e incluso que roben dulces a sus amiguitos, o se los pidan a los familiares más cercanos “Abuela me puedes dar dulces, que mami nunca me quiere dar…” o típico ver al niño en un cumpleaños todo el tiempo alrededor de la mesa de dulces, en vez de estar disfrutando con sus amiguitos de la fiesta y de los dulces de forma natural.
Los niños desde que nacen saben autorregularse con la comida, ellos saben cuando pedir comida y cuando parar de comer, pero si le quitas la oportunidad de probarlos, pudieras estar contribuyendo a que se les altere esta capacidad.
A continuación te daré unas recomendaciones para fomentar una buena relación con la comida, y Halloween sea una diversión, y no se convierta en el temor por comer dulces:
- Permita que los dulces y el azúcar estén presentes en sus casas, y por supuesto en celebraciones como Halloween, si el niño los ha tenido presente de forma natural y neutral en casa, seguro que ese deseo descontrolado por comerlos no será igual. No obstante, seguro se emocionará, porque además la golosina, viene acompañada de la emoción por estar disfrazados y de compartir con sus amigos. Los buenos recuerdos de los momentos vividos pueden ser más importante para el niño, que la carga de azúcar que pueda comer en un momento determinado. Sí ya sé lo que debes estar pensando, que en este caso, no estarías cuidando de la salud de tu hijo, y la respuesta es que sí lo estarías haciendo y de la mejor manera, porque estás velando porque tu hijo mantenga una relación positiva con los dulces y por lo tanto sabrá autorregular su ingesta.
Otro punto importante es no usar a los dulces, ni a ningún alimento como castigo o sistema de recompensa, es decir, evita decirles “si no te comes el brócoli, no te doy chocolate”, “si te portas bien, te regalo una piruleta” y este tipo de comentarios, dales permiso para comerlos simplemente porque lo disfrutan.
2. Los padres somos los responsables de lo que le servimos a los niños y ellos son responsables de decidir qué, y cuánto comer de lo que les servimos, lo más seguro, es que estés pensando en darle solo una parte de los dulces, sí puede estar bien, siempre y cuando no los escondas, en este caso, me sentaría con él y le preguntara que dulces quiere comerse en ese momento, capaz y deseará comérselos todos, pero si confías en él es muy probable que no lo haga. El resto de los dulces que quedan, puedes ofrecerlos en las comidas o meriendas de los días siguientes, siempre acompañado de otros tipos de comidas, por ejemplo, si se lo vas a ofrecer en la merienda, dale una fruta y algún dulce.
Permitirlo dentro del contexto de las comidas y merienda puede ayudar a neutralizar la experiencia de comer dulces y brindarles mejores oportunidades para aprender a autorregular la ingesta de dulces.
3.Llegado el momento de guardarlo hazle saber dónde lo estás haciendo, esto hará que lo vea de forma natural, y puedes decirle que cuando llegue el momento de comerlo, él podrá escoger algunos de ellos. De esta forma estás estableciendo límites pero de una forma saludable.
Intenta siempre involucrarlo, déjalo formar parte de la conversación y de la toma de sus decisiones, especialmente en lo que más a ti te preocupa, “los dulces”, esto ayudará a que construya una relación sana con la comida.
Si deseas más información, y el cómo lograr que tu hijo mantenga una alimentación intuitiva, ni dudes en contactarme.