¿Qué hace un nutricionista especializado en los Trastornos Alimentarios?
Los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) dejan secuelas físicas que afectan a todos los órganos, además de complicaciones psicológicas importantes. Muchas veces las consecuencias médicas pueden no ser reconocidas, por lo cual es necesario que se incluya a un profesional especializado en TCA en el equipo profesional. Esto se los quiero dejar claro, porque lamentablemente, no todos los médicos y profesionales sanitarios saben identificar y manejar a estas enfermedades, me he encontrado por ejemplo, con pacientes muy bajos de peso (no constitucional) con unas analíticas normales, donde no le han dado la importancia por tener unos exámenes normales, aprovecho y les aclaro que esto ocurre porque el cuerpo entra en estado de supervivencia, por lo tanto él va intentar salvar la vida de la persona buscando la forma de medio compensarse, por lo tanto a nivel sanguíneo el cuerpo va a buscar tener los valores normales, pero no a nivel de reservas celulares. Lo grave de esto es que la persona se va a quedar sin tratamiento y si además la persona está en negación, tendrá su motivo para no iniciarlo. Otro ejemplo, es cuando una persona de cuerpo grande “obesidad”, asiste a una consulta médica y automáticamente el profesional lo manda a hacer dieta, o juzga de él sin saber que probablemente la persona tenga un trastorno por atracón. Y vale la pena destacar que las dietas no son la solución…
No solo recomiendo buscar un nutricionista especializado, mi sugerencia es buscar a un equipo con formación en el manejo de estas enfermedades y que manejen los últimos avances de tratamiento.
Los TCA son una enfermedad mental, donde los síntomas asociados a la comida y al cuerpo son secundarios, pero todos estos síntomas deben ser tratados en conjunto, ya que los TCA afectan a todos los órganos. Por lo tanto, no podemos pensar que hacer solo psicoterapia va a resolver el problema. Es necesario realizar un tratamiento en conjunto con psicoterapia y la terapia nutricional para lograr verdaderos resultados a futuro.
Hay psicoterapeutas que desatienden la intervención dietética, pensando que los comportamientos alimentarios desaparecerán al eliminar la causa psicológica que los provoca, u otros que solo buscan el apoyo nutricional cuando la persona se encuentra bajo peso, pero la experiencia a comprobado que la realidad no es tan sencilla. Todo paciente con TCA, puede estar gravemente enfermo independientemente de su peso corporal. Una pérdida de peso mayor a un 10 %, en tres a seis meses, es tan peligrosa en una persona de 80 Kg, como en otra de 50 Kg. Los desequilibrios corporales, producto de la pérdida de peso o de la baja ingesta de alimentos, se producen igualmente. Es cierto que en personas de muy bajo peso, los riesgos pueden ser mayores, pero una pérdida de peso importante en poco tiempo, es un riesgo para cualquiera.
En este sentido, es importante saber que, el peso por sí solo no es un indicador de la buena salud de una persona.
Por otra parte, a pesar de que las personas con anorexia, bulimia y trastorno por atracón presenten perfiles diferentes, para todos ellos la comida representa un sufrimiento, e independientemente del tipo de trastorno, todos tienen pensamientos distorsionados en relación a los alimentos. “Las personas con Trastorno por Atracón tienen los mismos miedos que aquellas con Anorexia Nerviosa.” Incluso hoy día vemos como una misma persona pasa de un perfil a otro, y regresa al anterior, es decir, pasa de una anorexia a una bulimia o a un trastorno por atracón por períodos de tiempo.
He visto muchos centros donde el nutricionista solo se encarga de entregarte un plan de alimentación y supervisar la adherencia del paciente, esto puede hacerse con otro tipo de condiciones, como la diabetes, enfermedades cardiovasculares, etc, pero no en los TCA. De esta forma, solo estaríamos haciendo un plan paliativo y el paciente sufriría aún más, pues rehabilitar al paciente nutricionalmente es gran parte de la solución, pero no es la única.
Existen casos donde hay una desnutrición tan severa, que no nos queda más que empezar con la realimentación, sin poder hacer ningún tipo de terapia, y esto se debe a que el cerebro no se encuentra nutrido, por lo tanto, no tendrá la capacidad de aprovechar la ayuda psicológica. Un cerebro hambriento no es capaz de pensar, pues simplemente porque no tienen los nutrientes necesarios para hacerlo. No obstante, una vez que salga de ese estado crítico, que usualmente es corto, continuamos rehabilitando al cuerpo, y el allí cuando se empiezan a hacer las diferentes intervenciones, tanto psicoterapéuticas como nutricionales. Afortunadamente, en la mayoría de los casos se pueden iniciar todas las terapias en conjunto.
Entonces, hasta ahora tenemos claro que el nutricionista tiene las funciones de:
- Rehabilitar nutricionalmente al paciente, logrando un equilibrio de todas las funciones fisiológicas, como lo son: el restaurar sus ciclos menstruales, y la reparación de la homeostasis funcional del cerebro, que además permitirá que las fuerzas fisiológicas y psicológica se integren, favoreciendo a la reestructuración cerebral y además rescatar las sensaciones de hambre y saciedad, entre otras.
- Entregar…explicar pautas/plan de alimentación.
Sin embargo, estas no son las únicas funciones que debemos ejercer como nutricionistas, ante un paciente con TCA. A través de la terapia nutricional se van descubriendo las cogniciones, los comportamientos y valores que le dan fuerza a las conductas de los trastornos alimentarios, esto se logra a través del diálogo sobre los alimentos.
El objetivo es comprender la profundidad de las conductas, los propósitos a los que sirven, y los mecanismos involucrados.
La terapia nutricional es un medio para desafiar las creencias distorsionadas sobre los alimentos, y luego reconocer dónde han estado operando creencias similares en otras áreas de sus vidas. Esto es un complemento al papel del psicoterapeuta, de desempolvar y comprender los problemas subyacentes a nivel emocional.
Entregar un plan de alimentación es una pequeña parte de proceso, me han llegado pacientes a mi consulta, donde los profesionales que los tratan, les entregan un plan cerrado estandarizado, sin saber, si la persona va a poder comerlos. Es importante conocer en qué estadio del proceso de cambio se encuentra, por ejemplo, si está en estado de negación (no reconoce el problema o lo reconoce pero no está dispuesto a los cambios) y con un compromiso importante de su estado nutricional, lo más seguro es que la persona requiera de un plan de alimentación cerrado y un acompañamiento terapéutico durante sus comidas, este puede ser por un profesional o por lo padres entrenados previamente. En cambio, si la persona se encuentra dispuesta al cambio (contemplación), un plan estructurado y abierto es lo mejor, en estos casos no se requiere de mayor acompañamiento durante las comidas, al menos que la persona lo solicite, y de serlo no será con la misma rigurosidad que en el primer caso.
Es importante comprender qué significado tiene el alimento para la persona, el por qué prefiere un alimento y no otro, más allá de la creencia y los mitos productos de la cultura de dietas. Hay alimentos que tienen un valor sentimental, un recuerdo positivo o negativo, los que han sido usado como sistema de recompensa o castigo. Muy frecuentemente, la identidad, el valor, o el propósito de una persona está vinculado a sus elecciones de alimentos.
Los ayudo a descubrir el significado del alimento en sus vidas: ¿Qué logra a través de la comida? ¿Qué le gusta? ¿A dónde pertenece y con quién lo identifica? ¿Qué significado tienen unas galletas, un chocolate, etc.? ¿Qué significa tener determinado peso? ¿Qué desencadena el tener cierta conducta alimentaria?
El nutricionista especializado usa un conjunto de herramientas/técnicas psicológicas como: la Terapia Cognitiva Conductual, la Terapia de Aceptación y Compromiso, Terapia de exposición, la Dialéctica Conductual y el Mindful Eating, dirigidas hacia la alimentación y el cuerpo. Todas enfocadas en que desde la consciencia el paciente logre hacer los cambios, y pueda moverse del atascamiento, de donde muchas veces permanece.
El enfoque exitoso del terapeuta de nutrición, no depende de impartir educación nutricional, sino de saber en cómo hacerlo. Un nutricionista puede repetir muchas veces la información, pero si no conoce, y/o entiende a profundidad el significado, la historia, y la relación de esta persona con la enfermedad, difícilmente logre los cambios.
No todos los nutricionistas saben cómo tratar los trastornos alimentarios, ya que la formación en las universidades es muy básica, por lo tanto, se deben buscar profesionales especializados en TCA.
En resumen, el papel del dietista es identificar, planificar e implementar intervenciones nutricionales apropiadas, con el propósito de modificar el estado de salud, los comportamientos, el conocimiento, y las actitudes relacionadas con la nutrición, para lograr la recuperación física, psicológica y nutricional, así como apoyar los comportamientos y actitudes para sustentar mejor el bienestar de una persona.