¡Hola!
Mi nombre es A.L. y vengo a contarles mi testimonio sobre esta horrible enfermedad, la anorexia.
Todo comenzó cuando tenía 16 años, yo vengo de una familia muy unida, no me hacía falta nada, se podría pensar….
Yo me sentía vacía, no pasé la mejor adolescencia que todo niño se merece tener, además de ser una persona sumamente perfeccionista, me costó mucho la parte académica del colegio, y no nada más eso, sino que tampoco tenía amigas (cosa que para un adolescente es muy importante tener) esto me llevó a tener muy baja autoestima yo me odiaba, ¡sentía que no era buena para nada! Llegué a pensar que me quería matar.
Yo nunca fui una persona gorda, pero para ese momento estaba un poco rellenita y decidí hacer algo de dieta para adelgazar uno kilos y verme mejor…
Pero esa dieta se convirtió en algo más! En una obsesión.
¡Comencé a bajar de peso muy rápido y sentía que por primera vez podía tener el control de algo!
Comencé eliminando alimentos de mi dieta poco a poco, hasta que llegué a comer una manzana verde en la mañana y una ensalada en la noche.
Mi cuerpo se acostumbró a eso, me sentía cansada y poco a poco me dejó de venir el período.
¡Pero yo estaba feliz! Llegué a pesar 36 kilos pero nunca era suficiente. ¡Quería perder más y más kilos ya que en mi espejo me seguía viendo gorda!
¡Mis padres se comenzaron a dar cuenta de mi obsesión! ¡Pero ellos no sabían que existía una enfermedad llamada anorexia! Simplemente pensaban que lo que yo quería era llamar la atención…
Un día mi mamá me pidió que la acompañara al médico, pero cuando llegamos me di cuenta que estábamos en una nutricionista (ya lo tenían todo organizado) me dejó ahí obligada y se fue.
Caí en manos de la Lic. Beatriz Verdi, mi enemiga, la que quería chantajear mi objetivo y engordarme, eso pensé al principio…
Pero terminó siendo mi salvación. Ella salvó mi vida….
Con mucha paciencia y profesionalismo Beatriz me enseñó lo importante que es el cuerpo y cada uno de nuestros órganos y la importancia de alimentarnos.
Además de eso poco a poco me fue agregando alimentos a mi dieta para empezarme a ver mas sana.
Esto fue un proceso largo con ayuda de un psiquiatra y más importante el apoyo de mi familia, en este caso le doy el mayor crédito a mi madre que con paciencia y amor estuvo conmigo en cada paso del camino.
La anorexia es una enfermedad muy peligrosa así como las drogas.
Al principio yo no sabía que tenía una enfermedad o ¡tal vez no lo quería aceptar!
Mi recomendación para estas personas que sufren de esta enfermedad, es tener el apoyo incondicional de sus seres queridos y de una nutricionista junto con un psiquiatra que trabajen en conjunto.
Hoy por hoy me considero una persona sana, y recuperada de esta horrible enfermedad.
¡Estoy casada y tengo 3 hermosos hijos!
Me siento muy afortunada de haber tenido una madre que estuvo conmigo en cada paso, y que además me llevó con un grupo de profesionales fabulosos que con paciencia lograron que yo saliera adelante.