Miedo. Incertidumbre. Culpa. No hay palabras para explicar lo que sentimos cuando nos confirmaron que nuestra hija estaba padeciendo un TCA. ¿Y ahora, qué hacemos? Fue todo lo que se me ocurrió preguntar. No sabíamos muy bien con que nos enfrentábamos. Nuestra niña, que llevaba una vida plena y feliz, de repente no quería comer, usaba ropa ancha y apenas salía de su habitación.
Lucio súper delgada pero lo más preocupante era su estado de ánimo. Fueron varios los especialistas que visitamos, pero no lográbamos avances. Finalmente , logramos contactar con Beatriz Verdi, quien nos acompañó en este camino tan difícil. Nuestra hija hizo click inmediatamente con ella.
No sé de qué manera Bea logró captar su atención y sus recomendaciones se convirtieron en órdenes para ella. Tuvimos la bendición, de que nuestra hija nunca se opuso a recibir atención médica y acompañamiento nutricional, lo cual es vital para superar esta condición. Solos, no lo hubiésemos logrado.
Beatriz siempre tuvo no sólo para nuestra hija, sino con sus papás, una paciencia infinita, sus consejos fueron valiosos y su acompañamiento definitivamente crucial para su recuperación. . Consideramos a Bea parte de nuestra familia.
Fue su especialista, amiga y ese hombro sobre el que muchas veces lloramos. No lo voy a negar, enfrentarse a un TCA es una situación difícil para toda la familia, llena de conflictos, desesperanza y frustración. Sin embargo, con el apoyo necesario, el tratamiento adecuado y atendiendo las indicaciones médicas, sin duda, se logra superar. No hay que temer buscar ayuda.
Es imprescindible ir de la mano con un equipo de especialistas: nutricionista, psicólogos y psiquiatra.
Es importante que toda la familia se sienta cómoda con ese equipo, pues pasaran por muchas cosas juntos. Hoy, podemos decir que nuestra hija se reconcilió con su peso, con la comida y lo más importante, con ella misma.
Agradecemos a Beatriz por cada consejo, por cada palabra de aliento y por cada domingo por la noche que se convirtió en nuestro ángel guardián. Sabemos que la brujita como llama Bea a los TCA, a veces quiere asomarse, pero contamos gracias a toda la educación que recibimos con las herramientas necesarias para darle batalla.
¡¡¡¡¡A ella y a toda la persona que dedican su vida a luchar contra los TCA, mil veces GRACIAS!!!!!
Familia Ortega.